Pensamiento Contracultural
“Los niños no son una distracción de un trabajo más importante. Son el trabajo más importante.” – C. S. Lewis
En la actualidad esta aseveración es contracultural. La humanidad se va tornando cada vez más individualista y por esa razón, muchas personas deciden no tener hijos. Un gran número de mujeres consideran la idea de tener hijos como algo que les interrumpiría el logro de sus metas personales. Las tasas de natalidad se han visto tremendamente afectadas por esta mentalidad sobre la maternidad. Lamentablemente, el pensamiento que impera en la cultura popular es que es mejor no tener hijos, que los hijos son una carga.
La realidad es que la Biblia llama a los hijos una bendición, una herencia, un regalo de Dios (Salmo 127:3-5). La Palabra continuamente nos lleva a visualizar la maternidad como un llamado noble, virtuoso y bienaventurado.
Esta antigua frase de C.S. Lewis es una declaración sobre la importancia de los niños y la crianza. Hace hincapié en que no debemos considerar la atención a los niños como una interrupción de otras actividades, sino como el enfoque principal. La carrera profesional no debe sustituir la maternidad. Al fin y al cabo, la carrera profesional terminará algún día, pero nunca dejaremos de ser madres.
La bendición de desempeñar nuestro rol de madres bíblicamente tiene repercusiones eternas. Somos una gran influencia en las vidas de nuestros hijos. La Biblia dice en Proverbios 22:6 “Dirige a tus hijos por el camino correcto, y cuando sean mayores, no lo abandonarán”. El tiempo que les dedicamos, el ejemplo que les damos, las enseñanzas que les inculcamos y el amor que les brindamos forman parte del fundamento que los ayudará a desarrollarse en adultos responsables con valores sólidos. Sobre todo, nuestra mayor responsabilidad es llevarlos a Cristo. Que nuestros hijos crezcan amando y honrando a Dios es algo que trae gran gozo a la vida de una madre.
Los hijos son el trabajo más importante que tenemos. Al darnos hijos, Dios nos ha confiado una valiosa herencia. Mantengámonos firmes en nuestro llamado maternal y enseñemos a nuestros hijos la importancia de la familia en la sociedad.
