Celebrando el Amor Incondicional de las Madres

“El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.” 1 Corintios 13:7

Al celebrar el Día de las Madres, es inevitable pensar en el amor. El amor de una madre puede marcar la vida de sus hijos significativamente pues Dios la ha colocado en un rol que le permite ser de gran influencia.

Una madre que ama como la Biblia lo enseña nunca se da por vencida. Su amor por sus hijos la hace perseverar en su en la oración y en la disciplina. Ella no pierde la fe, se mantiene confiando en que el propósito de Dios se cumplirá. Su esperanza está puesta en la fidelidad de Dios. Eso la ayuda a permanecer firme frente a toda circunstancia.

Puede que los hijos estén descarriados, desanimados, alejados o enfermos, pero la madre temerosa de Dios nunca se rinde. Ella sigue orando, aconsejando conforme a la Palabra, instruyendo. Su fe no desamaya porque conoce a Aquel en quien ha puesto su esperanza y eso la mantiene firme.

El amor de una madre es abnegado, sacrificado, leal. La madre cuida, nutre, instruye, persevera en la oración, influye con amor y paciencia. No se da por vencida porque ha depositado su fe en el Dios que la sostiene a ella y a sus hijos en el hueco de Su Mano.

¡Feliz Día, Mamá!

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