“Abre su boca con sabiduría,
Y hay enseñanza de bondad en su lengua.“Proverbios 31:26
La mujer virtuosa de la que nos habla Proverbios 31 es una esposa que vive en armonía, cultiva la belleza incorruptible y practica el dominio propio en su vida diaria. El versículo 26 nos declara que esta esposa cuida sus palabras, pues habla con sabiduría y su tono es de bondad. Esta esposa virtuosa no es un “ideal inalcanzable”, sino que es una mujer que conoce y respeta su identidad, su propósito, y esto se refleja en todo lo que ella hace y dice.

Una de las áreas con las que más luchamos las mujeres es con lo que decimos y cómo lo decimos. Al evaluar mis palabras diariamente, puedo darme cuenta de que muchas veces no he hablado con sabiduría ni mi tono ha sido bondadoso. La enseñanza bíblica me redarguye y me doy cuenta de que necesito crecer. ¡Cuántas veces nos dejamos llevar por nuestras emociones y dejamos que nuestras palabras fluyan sin atravesar el filtro adecuado! ¡Cuántas veces el tono de lo que hablamos refleja sarcasmo, fastidio, frustración y falta de respeto! Pero nada ganamos con sentirnos culpables al acostarnos y volver al mismo patrón al día siguiente. Necesitamos comenzar a actuar de acuerdo a la manera que hemos sido llamadas. Dios nos ha llamado a ejercer dominio propio y El nos ha dado lo que necesitamos para lograrlo (“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” – 2 Timoteo 1:7).

“En cambio, hablaremos la verdad con amor y así creceremos en todo sentido hasta parecernos más y más a Cristo, quien es la cabeza de su cuerpo, que es la iglesia.” – Efesios 4:15
Cuando hablamos, comunicamos no solamente con nuestras palabras. Nuestros gestos y nuestro tono también están llevando un mensaje a la persona con la que estamos conversando. Es necesario que tengamos estos detalles en mente y que oremos para que Dios nos ayude a hablar sabiamente, pasando lo que decimos por el filtro de la verdad y de la bondad.
Como esposas, la persona con la cual más interactuamos a diario es con nuestros esposos. La comunicación es muy importante para la gran mayoría de las mujeres. Si las palabras que dirigimos hacia nuestros esposos estan cargadas de un tono desagradable, les desalentaremos en lugar de motivarlos a comunicarse más activamente. Pero cuando traemos a memoria que la Biblia llama a la esposa un tesoro que le da bien a su esposo todos los días; cuando nos esforzamos por cultivar la belleza incorruptible, podemos vivir en armonía, confiando en Dios para que nuestras palabras sean llenas de sabiduría y bondad. Esto nos brindará la oportunidad de que la comunicación matrimonial crezca y sea cada vez más saludable.
No olvidemos que este proceso de crecer como esposas virtuosas es un día a la vez. Depositemos en Dios nuestra confianza. Orar y profundizar en la Palabra de Dios nos llenará de nuevas fuerzas y aumentará no solo nuestra belleza incorruptible, sino también la sabiduría y la bondad en nuestras conversaciones.
