“Anda en busca de lana y de lino y gustosa trabaja con sus manos.” – Proverbios 31:13
Un detalle que se puede identificar cuando estudiamos Proverbios 31:10 al 31 es que en ningún momento, encontramos a la esposa quejándose. Es algo que me asombra ya que seguramente, si yo realizara tantas cosas como ella, en algún momento me quejaría aunque fuera de cansancio. Probablemente, la esposa virtuosa se cansaba tal como nosotras nos cansamos, pero es su actitud la que me impresiona. Lejos de quejarse, ella trabaja gustosa con sus manos (Proverbios 31:13).
La realidad que estamos viviendo actualmente, en la cual muchos países incluyendo el mío han extendido el período de distanciamiento social, puede que provoque que nos quejemos. La incertidumbre ante la enfermedad, el temor por nuestras familias, el no poder salir de nuestras casas como estamos acostumbrados, nos inquieta, nos causa malestar y puede llevarnos a manifestar una actitud de lamento.
En estos días, cuando escucho o leo a la gente quejándose, me pregunto: “¿Así me escucho yo cuando me quejo?” Y eso me ha llevado a meditar en lo que puedo hacer en lugar de quejarme. Primero, contar mis bendiciones y agradecer a Dios por ellas. Segundo, seguir leyendo la Palabra de Dios a diario, reflexionar y orar. Tercero, ocupar mi tiempo en cosas agradables y productivas.

“Háganlo todo sin quejas
ni contiendas” –
Filipenses 2:14
Al pensar en la esposa virtuosa, puedo observar una mujer que sabe quien es, que conoce su valor, su dignidad y asume su responsabilidad. Por esa razón es que ella trabaja gustosamente. Su actitud ante la vida, la aleja de las quejas y lamentaciones. Ella ríe del provenir porque sabe que está segura en las manos de Dios (Proverbios 31:25).
La actitud que asumimos afecta nuestras relaciones. Al estar juntos en la casa, necesitamos pensar qué tipo de actitud estamos modelando a nuestros hijos. ¿Les estamos enseñando a ser agradecidos o a quejarse? ¿Les estamos transmitiendo ansiedad o confianza en Dios? ¿Les estamos equipando para enfrentar las situaciones difíciles con la Palabra? ¿Les estamos enseñando que servir a los demás refleja amor y que debemos servir sin protestar (Filipenses 2:14)?
Nuestra actitud es relevante para nuestra familia y marcará de manera positiva o negativa el ambiente de nuestro hogar. La actitud de la esposa virtuosa no proviene de sí misma; ella ama a Dios y lo honra con todo lo que ella es y todo lo que ella hace (Proverbios 31:30). De Él proviene su fortaleza.
Sea cual fuere la situación que estemos enfrentando, procuremos honrar al Señor y edificar a nuestra familia con una actitud correcta.

“Engañoso es el encanto
y pasajera la belleza;
la mujer que teme al Señor
es digna de alabanza.” –
Proverbios 31:30