¡Gloria a Dios en las alturas,
Y en la tierra paz, ¡buena voluntad para con los hombres! –
Lucas 2:14
Esta semana celebramos Navidad, el nacimiento de Jesús, el Salvador del mundo. Es un tiempo de alegría, luces adornan las calles, las canciones navideñas se escuchan en el aire, los días pasan con la expectativa de que llegue el Día de Navidad.
Este año ha sido diferente, hemos tenido que hacer ajustes y tomar precauciones que harán que la celebración sea diferente. Puede que este cambio de panorama nos lleve a lamentarnos por las cosas que no podemos hacer, por las personas que no podremos ver. Es natural que nos dé tristeza cuando las cosas no se dan como estamos acostumbradas. Pero, necesitamos buscar enfocarnos en todo lo bueno que sí está sucediendo.
La Navidad sigue siendo una temporada que nos habla de esperanza, de la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios que fue cumplida en el pesebre de Belén. Y esa es la esperanza que debe inundar nuestros corazones, que el Dios soberano conoce nuestros tiempos y suplirá todo lo que necesitamos para enfrentar cada situación que se nos presente.

Y mi Dios proveerá
a todas vuestras necesidades,
conforme a sus riquezas
en gloria en Cristo Jesús. – Filipenses 4:19
Al acercarnos a estos días especiales, recordemos junto a nuestras familias el milagro de la Navidad. Leamos juntos la historia del nacimiento de Jesús en Lucas 2. Demos gracias por la bendición de poder adorar al Salvador de nuestras almas. Junto al esposo, llevemos a nuestra familia a mirar a Jesús para que nuestra fe crezca y se fortalezca en medio de todo lo que está sucediendo.
Cuando nos enfocamos en la bondad de Dios, comenzamos a ver todas las bendiciones que Él nos da cada día. Podemos agradecer por la bendición de estar juntos en nuestro hogar, de tener un lugar seguro donde vivir, por el alimento diario, por la salud.
Muchas veces doy gracias a Dios porque me ha permitido vivir en este tiempo. Especialmente este año, con la situación de la pandemia, estoy agradecida por los adelantos que nos permiten comunicarnos con los seres amados que no viven con nosotros. El poder hacer una video llamada para ver a nuestros familiares es una bendición. Tener la facilidad de ordenar algunos regalos a personas que venden sus productos a través del internet y poder enviarlos a los que viven lejos para expresar nuestro afecto, es algo por lo que también agradezco. Hay tantas otras cosas que pasamos por alto, pero sin ellas, nuestra vida sería más difícil. Por lo tanto, observemos cuidadosamente en estos días especiales, para enfocarnos en lo bueno y mostrar gratitud.

Amados hermanos,
no podemos más que agradecerle a Dios
por ustedes, porque su fe está floreciendo,
y el amor de unos por otros, creciendo. –
2 Tesalonicenses 1:3
Dediquemos nuestro tiempo y esfuerzo a lo que es verdaderamente valioso. Celebrar como todos los años no es indispensable, pero compartir con nuestra familia y expresarles nuestro amor… eso sí es de un valor incalculable. Con la ayuda de Dios, podemos crear memorias especiales esta Navidad. Que no se quede en nuestros recuerdos como la Navidad durante la pandemia, sino como una temporada hermosa en la cual disfrutemos cada momento especial, aunque sea diferente. Que podamos mirar al esposo y a los hijos con un corazón agradecido por los regalos que son a nuestras vidas. ¡Que elevemos nuestras voces y corazones en adoración al Rey de Reyes, que vino a este mundo a nacer en un pesebre y morir en una cruz para redimirnos de nuestros pecados!