“En todo caso, cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo, y que la esposa respete a su esposo.” – Efesios 5:33
La Biblia es la mejor fuente de información sobre cómo debe funcionar el matrimonio ya que es en ella que encontramos el origen de éste (Génesis 2:24). A través de la Biblia podemos aprender sobre principios relacionales que son esenciales para que el matrimonio funcione efectivamente. Uno de ellos es el mandato que leemos en Efesios 5:33 sobre el amor y el respeto.
Dios conoce que las personas perciben el amor de diferentes maneras. Tanto el hombre como la mujer reciben afecto, cada uno, de manera única y particular. Las mujeres tendemos a percibir el afecto a través del trato amoroso y los hombres a través del trato respetuoso. Para ponerlo en perspectiva, imagínate que te trataran con mucho respeto, pero no recibieras expresiones de cariño y ternura. Muchas esposas dirían que no se sienten amadas de esa manera. De la misma forma, un esposo que no recibe respeto, no se siente amado. Por eso la Biblia contiene ese mandato en Efesios para los esposos y para las esposas.
En ocasiones, a las esposas se nos hace difícil comprender el lenguaje del respeto porque estamos acostumbradas al lenguaje del amor y pensamos que, si a nosotras nos satisface, a nuestro esposo también le debe satisfacer. Sin darnos cuenta, podemos estar lastimando la relación con el esposo, incurriendo en faltas de respeto. Cuando nos mantenemos aprendiendo y creciendo como esposas, podremos edificar nuestros matrimonios con sabiduría.

“Así que en todo
traten ustedes a los demás
tal y como quieren que ellos
los traten a ustedes.” –
Mateo 7:12
Una de las situaciones que puede provocar que un esposo sienta que se le ha faltado el respeto es cuando ocupas tu tiempo tratando de cambiarlo y corregirlo. En primer lugar, le estás llevando el mensaje de que no lo aceptas como es. En segundo lugar, lo estás tratando como si él fuera un niño que necesita la supervisión y corrección de alguien mayor que él. Si bien es cierto que, al casarte y vivir con tu esposo, comienzas a observar costumbres que te pueden incomodar, también es cierto que algunas de tus costumbres también le pueden incomodar a él. ¿Como te sentirías si tu esposo se pasara mencionando continuamente las cosas que le molestan de ti? Jesús nos enseñó la Regla de Oro que establece que tratemos a los demás como nos gustaría que nos traten a nosotras. Recordemos este principio y también tengamos presente que somos la esposa, que no tenemos el poder para cambiar a nadie. Lo que sí podemos hacer es orar por el esposo, ser una fuente de bien para él, ser una influencia positiva con nuestra conducta respetuosa y digna.
Hay muchas maneras de mostrar respeto al esposo. Tal como la mujer virtuosa, podemos cuidar nuestro hogar, dando buen nombre a nuestra familia donde quiera que vamos. Hablemos bien del esposo y hablemos con amabilidad al esposo. Dediquemos tiempo para compartir con él en actividades que él también disfrute. Escuchemos sus sueños y seamos parte de sus proyectos. Ser su compañera de vida, compartir las aventuras del día a día, atenderle con esmero, son algunas de las acciones que le demuestran respeto y admiración al esposo. Pero, sobre todo, oremos por él, en lugar de criticarlo.

“Su esposo es respetado
en la comunidad;
ocupa un puesto entre las autoridades del lugar.” –
Proverbios 31:23
En medio del diario vivir, necesitamos recordarnos a nosotras mismas la Palabra de Dios, recurrir a ella cuantas veces sea necesario y tener un corazón dispuesto a aprender. Somos imperfectas y fallaremos. Pero Dios nos ayuda en nuestros momentos de debilidad. Su fortaleza y su gracia siempre están disponibles para nosotras. La Biblia nos enseña muchas verdades más relacionadas al amor y el respeto en el matrimonio. ¡Que estemos sedientas de aprender cada día y aplicar su Palabra a nuestros matrimonios!
Gracias por tu hermosa y edificante reflexión
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Agradecida por tu comentario. Bendiciones.
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