La Esposa – Intencionalmente Agradecida

“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.”

1 Tesalonicenses 5:18

Hemos escuchado que es importante inculcar en el hogar el uso de las palabras “por favor” y “gracias”. Puede parecer que es simplemente una regla de buenos modales. Sin embargo, el ser intencionales con la amabilidad y la gratitud es algo que debemos fomentar en nuestras relaciones más cercanas si queremos que éstas sean sólidas y profundas. Debido a nuestra naturaleza pecaminosa, la amabilidad y la gratitud no ocurren por accidente, hay que cultivarlas. Esa es la razón por la que necesitamos ser intencionales.

¿Qué significa “ser intencional”? Ser intencional es hacer las cosas de forma deliberada, planificando con propósito y actuando voluntariamente a favor del matrimonio en lugar de buscar satisfacer solamente mis intereses personales (“…el amor…no busca lo suyo…” 1 Corintios 13:5). Ser intencionales con la gratitud es importante porque con el paso del tiempo, comenzamos a dar las cosas por hechas. Cada día es simplemente “otro día más” y nos enfocamos en las tareas, en las agendas y en las rutinas, pasando por alto los regalos que cada día Dios nos ofrece. Puede ser que incluso comencemos a quejarnos por cosas que antes fueron peticiones que Dios contestó. Por ejemplo, puede que hayas orado por una mejor posición en el trabajo de tu esposo y Dios lo concedió, pero ahora te quejas porque tiene más responsabilidades, lo cual le hace llegar un poco más tarde a la casa. No nos damos cuenta de que precisamente es nuestra actitud malagradecida la que no nos permite ver la bendición que hemos recibido. Por otro lado, cuando somos intencionalmente agradecidas, podemos ver la oportunidad de nuestro esposo de proveer al hogar como la bendición que es, y entonces planificar cómo podemos ajustarnos para colaborar juntos con la agenda semanal, sin quejarnos ni despreciar el regalo que Dios nos ha dado.

“El amor es paciente, es bondadoso;
el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso,
no es arrogante; no se porta indecorosamente;
no busca lo suyo, no se irrita,
no toma en cuenta el mal recibido;
no se regocija de la injusticia,
sino que se alegra con la verdad;
todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.” –
1 Corintios 13:4-7

Necesitamos pausar y hacernos algunas preguntas: ¿Agradezco a Dios a diario por mi esposo? ¿Le expreso gratitud a mi esposo por todo lo que hace por nuestra familia? ¿Lo hago con frecuencia o solo en las fechas especiales? Quizás nos pasa por la mente la pregunta: ¿Y quién me agradece a mí por lo que hago yo? Pero como se mencionó anteriormente, ser intencional se trata de actuar a favor de la relación. Por lo tanto, cuando expresamos gratitud debemos hacerlo desde una perspectiva incondicional, que no busca manipular a otros para recibir agradecimiento, sino genuinamente, con el propósito de fortalecer la relación. De nuevo trayendo a la memoria la Palabra: “…el amor…no busca lo suyo…” 1 Corintios 13:5. También vemos en Gálatas 6:9 que la Biblia dice: “No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.” Para lograr un matrimonio con un ambiente de gratitud, necesitamos ser intencionales en mostrar nuestro agradecimiento a Dios y al cónyuge.

“Siempre es posible agradecer por lo recibido
en lugar de quejarse por lo que no tenemos.
Lo uno o lo otro se convierte
en un hábito de vida.” – Elisabeth Elliot

Elisabeth Elliot, una de las autoras cristianas que admiro y cuya vida es de inspiración escribió: “Siempre es posible agradecer por lo recibido en lugar de quejarse por lo que no tenemos. Lo uno o lo otro se convierte en un hábito de vida.” Lo que se practica es lo que se convierte en hábito. Cuando practicamos la gratitud en nuestra vida diaria, se convierte en un hábito que transformará nuestra actitud. Cuando nuestra actitud se transforma en una de obediencia a la Palabra de Dios, nuestras relaciones son impactadas. La Biblia nos enseña claramente que la voluntad de Dios es que demos gracias en toda circunstancia. Incluso nos llama a la acción de gracias en medio de nuestras oraciones (Filipenses 4:6), aunque no tengamos respuesta. La gratitud expresa confianza en la soberanía y el poder de Dios. Él es bueno, justo y conoce todas las cosas desde el principio hasta el fin. Conocer esa verdad nos motiva a agradecer por todo lo que Él hace.

Debido a que nuestro buen Dios nos da con tanta generosidad, somos llamadas a dar en gratitud a Él por lo que hemos recibido. Así que, seamos intencionalmente agradecidas con el esposo. Demos gracias y palabras de reconocimiento por su trabajo, por su esfuerzo, por las tareas que realiza (sean grandes o pequeñas). Que nuestros hijos nos vean y nos escuchen pues ellos aprenden mucho por lo que observan que sus padres practican. Que la gratitud y la amabilidad sean la práctica y no la excepción en nuestros hogares. A su debido tiempo, veremos los frutos de las semillas que hemos plantado, confiando en Dios que es el que da el crecimiento.

¡Agradecida de Dios por tantas bendiciones, les deseo una Feliz Semana de Acción de Gracias!

2 thoughts on “La Esposa – Intencionalmente Agradecida

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