La Esposa – Lecciones de la Vida de María

Pero María atesoraba todas estas cosas, reflexionando sobre ellas en su corazón. – Lucas 2:19

Al acercarse la celebración del Día de las Madres, meditaba sobre las mujeres piadosas en la Biblia cuyas vidas podemos estudiar para seguir su ejemplo. La vida de María de Nazaret, quien fue escogida para ser el instrumento para traer la vida de Jesús al mundo, me impactó profundamente al reflexionar más detenidamente sobre ella.

Quisiera compartirles algunas de las lecciones de la vida de María que son relevantes para las que somos esposas y madres. Tal como María, nosotras también hemos sido escogidas para traer la vida de Jesús a nuestros hogares. Es en el hogar donde Dios nos llama a manifestar el amor de Cristo al esposo y a los hijos, no solo con nuestras palabras, sino con nuestras acciones diarias. Esto lo podemos hacer cuando reconocemos que la vida de Jesús es la que da significado a nuestras vidas. María fue escogida por gracia, así como nosotras. No somos merecedoras de esa gracia maravillosa, pero Dios se complació en otorgárnosla. Es un regalo que nos da acceso a una relación con Cristo para que podamos llevar las buenas nuevas a otros, comenzando en nuestros hogares.

Entonces María dijo:
He aquí la sierva del Señor;
hágase conmigo
conforme a tu palabra. –
Lucas 1:38

María estuvo dispuesta a someter sus planes a la voluntad de Dios y a rendir su vida para cumplir Su propósito. Como toda joven en espera del día de su boda, probablemente ella estaba pensando en los preparativos y en cómo sería su vida cuando se casara con José. Sin embargo, cuando el ángel se le presentó, ella dijo: “Que se haga conmigo conforme a tu palabra.” (Lucas 1:38) Para ella fue más importante obedecer a Dios que lo que la gente pudiera decir cuando se enteraran que ella estaba embarazada. Tal como María, necesitamos aprender a rendirnos humildemente a la voluntad de Dios, sea que se trate de nuestros planes para nuestra familia o de nuestra opinión sobre cómo debe funcionar el matrimonio. Obedecer a Dios va por encima de lo que el mundo dice que es correcto o de lo que está de moda.

Algo muy importante que vemos en María es que ella fue una mujer que conocía la Palabra. A pesar de las limitaciones que había en aquel tiempo, en el cual no contaban con la Palabra de Dios escrita como la tenemos hoy día, ella memorizaba lo que escuchaba en las reuniones de adoración y lo podemos ver cuando leemos su cántico de alabanza y gratitud en Lucas 2:46-55, en el cual hay varias citas del Antiguo Testamento. Tal como ella, necesitamos atesorar la Palabra de Dios en nuestros corazones porque es la que nos guiará para ejercer nuestro rol de madres de una manera fructífera. Creamos y hagamos nuestras las promesas de Dios, meditando en ellas a menudo, como lo hacía María (Lucas 2:19, Lucas 2:51).

En su matrimonio, María demostró continuamente respeto hacia José. Primero cuando recibió el mensaje del ángel y confió en que Dios obraría en el corazón de José (Mateo 1:19-21). Luego vemos que Dios le hablaba a José por medio de sueños, le advertía de peligro y le daba instrucciones (Mateo 2:13-15, 19-23). María confió en el liderazgo que Dios había puesto sobre José para dirigir y cuidar su familia. Juntos obedecían la voluntad de Dios. Es necesario que confiemos que sobre todas las cosas, Dios es el que nos protege y nos guía y que Él capacitará al esposo para que pueda cumplir su propósito en el hogar.

En Juan 2, se narra el primer milagro de Jesús en el cual Él convirtió el agua en vino en las Bodas de Caná. El versículo 5 dice que María le dijo a los que servían que hicieran todo lo que Jesús dijera. ¡Qué buen consejo! Necesitamos hacer lo que Jesús nos manda y nos enseña. En la vida diaria, como esposas. como madres, debemos seguir los mandatos de Jesús (Juan 15:12).

María también fue una mujer de oración (Hechos 1:14). La Biblia nos enseña que, en lugar de preocuparnos, debemos orar por nuestras peticiones, sea que veamos respuesta inmediata o no. Oremos por nuestro matrimonio, nuestros hijos y familia, mientras continuamos haciendo lo correcto en nuestro hogar.

No se preocupen por nada;
en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan
y denle gracias por todo
lo que él ha hecho. –
Filipenses 4:6

Por último, lo más importante que nos enseña la vida de María es que ella reconoció su necesidad de un Salvador (Lucas 1:47) y frente a la cruz, como leemos en Juan 19:25, ella pudo ver a Jesús cumplir la voluntad del Padre, morir por los pecados de la humanidad, incluyendo los de ella. Sin duda, fue devastador ver el sufrimiento de Jesús, pero allí también ella experimentó su gran amor, su perdón, su gracia redentora. En nuestra trayectoria como madres, enfrentaremos momentos difíciles, devastadores, pero tenemos una esperanza maravillosa en Cristo nuestro Salvador. Podemos creer y abrazar Sus promesas porque Él es fiel.

Que como María, podamos ser mujeres humildes, obedientes, dispuestas, agradecidas, llenas de devoción, que amemos la Biblia, mujeres de oración, entregadas a nuestro llamado como madres y esposas. Que el Señor nos ayude a aprender del ejemplo de las mujeres piadosas, cuyas historias relata la Biblia. Que Él nos ayude a identificar entre las mujeres que nos rodean a aquellas que pueden servirnos de modelo y alentarnos a seguir adelante. Que vivamos vidas agradables a Dios para que nuestros hogares rebosen del amor de Cristo. ¡Feliz Día de las Madres 2021!

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