“Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?
Proverbios 31:10-12
Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
El corazón de su marido está en ella confiado,
Y no carecerá de ganancias.
Le da ella bien y no mal todos los días de su vida.”
Este año, tal como hemos hecho costumbre hace varios años, mi familia y yo nos sentamos juntos en la sala con nuestras tazas de chocolate caliente a ver nuestra película navideña favorita: “It’s a Wonderful Life” (Es una Vida Maravillosa). Cada año, observamos aspectos de la película en los que no nos habíamos fijado antes y los dialogamos al final. Al día siguiente, mi esposo leyó un breve análisis sobre el personaje de Mary en la película y lo compartió conmigo, lo cual me inspiró para escribir esta última publicación del año.
Mary es la esposa de George Bailey, el personaje principal de la película. Cuando al fin se casan Mary y George, ella le da la primera muestra de la clase de esposa que será cuando se presenta lista para ayudarlo en una crisis que surgió en la Compañía que él administraba. En lugar de quejarse porque no iban a poder irse de “luna de miel”, Mary lo ayuda y está dispuesta a ofrecer el dinero de ambos para lidiar con la crisis. Mientras George termina de resolver el problema, ella sale a escondidas a preparar un lugar especial para que pudieran tener su “luna de miel”. Esto me hizo reflexionar en cuáles son mis reacciones cuando se presenta una crisis. ¿Estoy lista y dispuesta para ayudar o me desmorono por la ansiedad y la frustración?

“La respuesta amable
calma los ánimos,
pero la respuesta áspera
aumenta el enojo.” –
Proverbios 15:1
A lo largo de la película, vemos a Mary respaldar el trabajo de su esposo y crear un hogar para él y sus hijos en aquella casa vieja que compraron. En un momento dado en el que George llega a la casa enojado y muestra su mala actitud hacia la familia, Mary consuela a sus hijos sin decir nada negativo sobre su esposo. No añadió al problema, sino que fue pacificadora. De nuevo tengo que pensar y preguntarme: ¿Cómo respondo cuando mi esposo está molesto? ¿Le echo leña al fuego o procuro la paz? ¿Hablo negativo de mi esposo frente a nuestros hijos? Aunque parezca justificado, eso no es correcto. La esposa sabia sabe que la respuesta amable calma el enojo, reconoce que ella es responsable por sus reacciones y que Dios le ha dado dominio propio para controlarse. También entiende lo dañino que puede ser para los hijos escuchar a su madre hablando mal del papá.
En el momento culminante de la película, cuando más deprimido está George pensando que nunca debió haber nacido, Mary sale en busca de sus amigos y vecinos para ayudar a su esposo. Cuando George regresa a su casa, la gente del pueblo ha llegado hasta allí para brindarle ayuda, mostrándole apoyo y cariño. Mary fue verdaderamente una ayuda idónea, una bendición para su esposo y familia. Ella estuvo dispuesta a demostrar su vulnerabilidad en el momento de necesidad y buscar ayuda de la comunidad. Esto es parte de lo que encierran los votos matrimoniales que hacemos el día de la boda, cuando prometemos ser fieles en tiempos de bienestar y en tiempos difíciles. Es estar dispuestas a dejar el orgullo a un lado y buscar ayuda cuando sea necesaria o hacer el trabajo difícil cuando lo amerite, por el bien de nuestro hogar. Esa es la clase de amor abnegado que describe 1 Corintios 13:4-7, un amor que se entrega, que no es egoísta, que no hace nada indebido, que cree lo mejor, espera lo mejor y practica la bondad.

“El amor es sufrido, es benigno;
el amor no tiene envidia,
el amor no es jactancioso,
no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo,
no se irrita, no guarda rencor;
no se goza de la injusticia,
mas se goza de la verdad.
Todo lo sufre, todo lo cree,
todo lo espera, todo lo soporta.” –
1 Corintios 13:4-7
Siempre me había gustado el personaje de Mary, pero ahora lo aprecio más. Este análisis me ha hecho reflexionar durante estos últimos días. Creo que, al acercarse el fin del año, es un buen tiempo para recapitular, pensar y evaluar nuestro crecimiento. Puede que hayamos tenido un año mayormente tranquilo o quizás hemos enfrentado muchas situaciones difíciles o transiciones. Cualesquiera que hayan sido tus experiencias este año, es importante y necesario evaluar el crecimiento que has tenido a la luz de la Palabra. La Biblia es y siempre será la lámpara que alumbra nuestro caminar y que nos guiará a crecer espiritual, emocional y relacionalmente. La meta es llegar a ser una esposa virtuosa como lo enseña Proverbios 31:10-31. Recordemos que, aunque para nosotras parezca algo sumamente difícil o imposible de alcanzar, tenemos la confianza en Dios, para quien no hay nada imposible. No nos cansemos de hacer el bien…









